«Me llamo Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno. Me apilaron todos los nombres de mis antepasados paternos y maternos, como si fuera el vástago de un racimo de plátanos, y aunque sienta preferencia por el verbo arracimar, me hubiera gustado un nombre más sencillo…»

“En la familia Pérez Rulfo nunca hubo mucha paz, todos morían temprano, a la edad de 33 años, y todos eran asesinados por la espalda”.


Palabras de Juan Rulfo recogidas por María Teresa Gómez, en el libro «Juan Rulfo y el mundo de su próxima novela».

Juan Rulfo nació el 16 de mayo de 1917. En un pueblo cercano a Sayula, Jalisco de nombre Apulco, perteneciente al municipio de San Gabriel, ubicado en el distrito de Sayula, Jalisco, aunque fue registrado en la ciudad de Sayula, donde se conserva su acta de nacimiento. Vivió en la pequeña población de San Gabriel, pero las tempranas muertes de su padre, primero (1923), y de su madre poco después (1927), obligaron a sus familiares a inscribirlo en un internado en Guadalajara, la capital del estado de Jalisco.

«Definitivamente nací en Apulco, un pueblo perteneciente a San Gabriel y San Gabriel a su vez, es del distrito de Sayula y es un pueblo que no figura en los mapas siempre se da como origen la población más grande…» Palabras de Rulfo en el programa «A fondo» (1977)

Aunque breve, la obra de Juan Rulfo se consolidó como una de los mejores ejemplos de la literatura hispanoamericana en el siglo XX.

Dos libros fueron los que lo impulsaron al reconocimiento de intelectuales y lectores en el mundo: «El llano en llamas» y «Pedro Páramo»; el primero de 1953 y el segundo de 1955. Tanta fue la popularidad internacional, que los turistas recorrían Jalisco en busca de Comala, escenario de su novela, sin encontrarlo.

Su vida en el orfanato:

«Era como un correccional. Era el único orfanato que existía en Guadalajara, y a los ricos los entrenaban allí como cárcel correccional… Nosotros que no éramos de allí veníamos de los pueblos y tomábamos todo de forma natural». explicaba Rulfo, quien también decía que las pandillas de jóvenes se encargaban de hacer la vida pesada a todo el que vivía en ese lugar.


«La disciplina era terrible y el sistema era carcelario, lo único que aprendí fue a deprimirme…»

“El pánico que le tengo a la multitud es una cosa natural congénita quizá. He aprendido a vivir con la soledad…”


Juan Rulfo

Rulfo era introvertido, escéptico a las multitudes y hasta a los halagos. La mayoría pensaba que era una especie de divo pedante, sin embargo, la realidad era que el escritor actuaba así de forma natural, aunque fuera malinterpretado por sus seguidores en aquellos tiempos en los que sus obras eran comentadas por un gran número de escritores. Esto hacía pensar que se había agrandado.

El mismo escritor contaba que los Pérez Rulfo habían llegado a México desde España más o menos en el año 1790. El niño vivió en su localidad hasta la Guerra Cristera. Perdió a su abuelo y a su padre casi a la par, cuando contaba siete años. Poco después murió su madre.

Los cuentos de «El llano en llamas» presentan a personajes imaginados por el autor, planteados en contextos históricos y físicos reales: Jalisco, la Guerra Cristera, la pobreza, entre otros, acompañados de una prosa renovada, la cual alcanzará su mejor técnica en «Pedro Páramo» El argumento de esta novela es sencillo: Juan Preciado llega a Comala a buscar a su padre, Pedro Páramo, y al hacerlo se encuentra un pueblo habitado por fantasmas. Lo demás es el desarrollo de historias subordinadas de cada uno de los personajes, Dolores Preciado, Abundio el parricida, y el amor de Pedro Páramo por Susana San Juan. En lo maravilloso y sencillo radica su grandeza.

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Así concluimos una breve reseña sobre Juan Rulfo, el escritor que con sólo dos novelas dio de qué hablar en la literatura latinoamericana, aquel que quedó sin familiares a las 8 años de edad, que se hundió en la depresión por la vida que llevaba en el orfanatorio Luis Silva, que a sus 24 años enamoró a una niña de 13, (Clara Aparicio) con la que contraería matrimonio años después y la que fue su esposa hasta su muerte. Un escritor de pocas obras pero gran alcance de las mismas, que murió un 7 de enero de 1986 en la ciudad de México. (Entre 1956 y 1958 escribió su segunda novela, El gallo de oro, que no fue publicada sino hasta 1980)

Pedro Páramo fue muy estimada por autores como Jorge Luis Borges, quien dijo:


«Pedro Páramo es una de las mejores novelas de las literaturas de lengua hispánica, y aun de toda la literatura…»


Gabriel García Márquez escribió, al recordar su primera lectura de la novela:


«… Álvaro Mutis subió a grandes zancadas los siete pisos de mi casa con un paquete de libros, separó del montón el más pequeño y corto, y me dijo muerto de risa: ¡Lea esa vaina, carajo, para que aprenda! Era Pedro Páramo. Aquella noche no pude dormir mientras no terminé la segunda lectura. Nunca, desde la noche tremenda en que leí la Metamorfosis de Kafka en una lúgubre pensión de estudiantes de Bogotá <<casi diez años atrás>> había sufrido una conmoción semejante…»


Comala es una localidad del estado mexicano de Colima.  Limita al norte con Zapotitlán y Cuauhtémoc; al oeste con Minatitlán, y al sur y este Villa de Álvarez.  Es uno de los lugares más famosos de Colima gracias a la leyenda, el folclor y las tradiciones que se han entretejido a partir de su conmovedora mención en la novela de Rulfo, Pedro Páramo.

Por: Héctor Guzmán
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