El Boxeo a lo largo de su historia nos ha brindado muchas alegrías y emociones, pero, por otro lado, no podemos negar que es un deporte que genera más polémica que otros debido a las diferentes circunstancias que envuelven cada combate; ya sea por las decisiones de los jueces, o por cuestiones de índole contractual entre los apoderados de los peleadores, específicamente cuando en la negociación se decide fijar un peso pactado, o una cláusula de rehidratación.

Hay que recordar que el boxeo profesional siempre ha sido negocio

Si bien es cierto ha estado sujeto a ciertos cambios, la realidad es que la logística del llamado deporte de los puños siempre ha sido básicamente la misma. Sabiendo esto, hay que entender que para que se pudieran concretar todos los combates que han marcado época en este deporte, tuvo que haber una negociación previa, donde existió un contrato, y todo contrato tiene sus cláusulas.

En esta época de redes sociales en que vivimos, las personas se han vuelto más exigentes al tener tanta información a la mano, y esa cuestión no es ajena al mundo del boxeo, pues los fanáticos de ahora a diferencia de los de antes tienen la facilidad de estar más documentados sobre todo lo que rodea la negociación de un combate de boxeo; es por eso que ahora el aficionado (en gran parte alimentado por el amarillismo de ciertos periodistas) siente la necesidad de cuestionar  ciertos detalles acordados entre las partes, como un peso pactado o una cláusula de rehidratación, desconociendo que son acuerdos que en otra época ya han sucedido, sin generar polémica como ahora.

El peso pactado y la cláusula de rehidratación han sido temas muy cuestionados por algunos aficionados, y por algunos periodistas de boxeo que de manera intencional los han abordado de forma equivocada, desinformando al fanático y haciéndole creer que esas condiciones se crearon en estos tiempos, cuando realmente es algo que viene desde tiempo atrás. El “catch weight”  surgió para nivelar las condiciones físicas y poder concretar peleas que de otro modo no se hubieran podido realizar, sin tener a uno de los boxeadores en franca desventaja, como lo que sucedió cuando Mantequilla Nápoles subió desde 147 hasta 160 libras para retar a Carlos Monzón, en tiempos donde no existían las divisiones intermedias; pero también se suele recurrir al peso pactado cuando la pelea no es de título, y ambos boxeadores acuerdan pelear unas libras arriba del límite de la división en la que  militan, como por ejemplo en los tres combates que sostuvieron Arturo Gatti y Micky Ward, que fueron en 142 libras, o la revancha entre Kelly Pavlik y Jermain Taylor, donde se pactó un peso límite de 166 libras.

Mickey Ward vs Arturo Gatti

May 18, 2002 Mohegan Sun Arena Micky Ward (white trunks red band) vs Arturo Gatti (white trunks blue band) Jr. Welterweights

Boxeadores emblemáticos de los ochentas y de los noventas han recurrido al peso pactado.

Sugar Ray Leonard peleó en 168 libras contra Donny Lalonde, siendo este último campeón de las 175 libras, y la misma noche estuvo en juego un título vacante de las 168, junto con el semipesado que ostentaba Lalonde; así mismo, Leonard hizo la primera defensa del título supermediano ante Tommy Hearn, es un peso pactado de 164 libras. Terry Norris y Meldrick Taylor pelearon en peso pactado de 151.5 lbs (ambos dieron 149); combate en el que Norris venció por nock out a Meldrick Taylor, a pesar de haber bajado 5 libras. Julio César Chávez y Pernell Whitaker pelearon en peso pactado de 145 libras a petición del mexicano, combate que terminó en un polémico empate. Bernard Hopkins y Oscar de la Hoya pelearon en peso pactado de 157 libras a petición del llamado “Golden Boy”; Hopkins ganó por nock out, siendo él quien terminó bajando 4 libras, pues marcó 156 en la báscula. Casos como el de Norris y Hopkins son el claro ejemplo de que el boxeador que baja no necesariamente va en desventaja, todo es relativo. Por otro lado, Ricardo “Finito” López  en la negociación del combate de revancha ante Rosendo Álvarez, acordó de última hora una cláusula de rehidratación de 10 libras sobre el límite de las 105, puesto que el nicaragüense se había pasado por 3 libras; razón por la cual Rosendo solo podía recuperar 7 libras en el segundo pesaje donde el límite era de 115.

En la era moderna, boxeadores como Pacquiao y Canelo han sido cuestionados por tener combates en peso pactado o con cláusula de rehidratación, pero también ha habido otros pugilistas que han recurrido a ambas condiciones y han pasado desapercibidos. Juan Manuel Márquez peleó en peso pactado de 144 libras en 3 de los 5 combates que sostuvo en peso welter, y con cláusula de rehidratación de 10 libras a petición suya en el combate contra Timothy Bradley; el mismo “Dinamita” mencionó la cláusula en su programa de ESPN, días después de haber hecho la presentación oficial del combate frente a los medios. Por citar otro ejemplo más reciente, el cubano Erislandy Lara acordó dejar el segundo pesaje de las 10 libras que maneja la FIB, en el duelo de unificación que tuvo ante el norteamericano Jarret Hurd; mismo caso de lo sucedido en la negociación entre Daniel Jacobs y “Canelo” Álvarez, aunque Jacobs a diferencia de Hurd ante Lara, no cumplió con lo acordado.

Floyd Mayweather Jr. v Canelo Alvarez

LAS VEGAS, NV – SEPTEMBER 14: (R-L) Floyd Mayweather Jr. throws a right to the head of Canelo Alvarez during their WBC/WBA 154-pound title fight at the MGM Grand Garden Arena on September 14, 2013 in Las Vegas, Nevada. (Photo by Al Bello/Getty Images)

Floyd Mayweather enfrentó a Canelo Álvarez en un peso pactado de 152 libras, donde también se rumora que pudo haber existido una cláusula de rehidratación confidencial en el contrato; mismo caso de los combates en peso welter del filipino Manny Pacquiao en contra de Óscar De la Hoya y Miguel Ángel Cotto, a quienes enfrentó en un peso pactado de 145 libras. A su vez, el mencionado Miguel Cotto fijó peso pactado en los 3 combates que sostuvo en peso medio, acordando un límite de 159 libras a Sergio Martínez, 157 al australiano Daniel Geale, y 155 libras al mexicano Saúl Álvarez, a quien además le puso una cláusula de rehidratación de 10 libras. Hay que tener en cuenta que el límite de las 10 libras es para un segundo pesaje que se realiza por la mañana del día del combate, y que después de cumplirlo, ambos boxeadores ya son libres de volver a re-hidratar lo que deseen.

Es bueno saber que los organismos que rigen el boxeo siguen en búsqueda de medidas precautorias que cuiden más la integridad del boxeador, y precisamente un tema que han llevado a la mesa es el de la rehidratación de los boxeadores, por lo que quizás en un futuro no muy lejano, todos los organismos tengan el segundo pesaje que solo la Federación Internacional de Boxeo maneja.  No está demás mencionar que en la Unión Americana, la Comisión de Box del Estado de California ya tiene estipulado en su reglamento el segundo pesaje con límite de 10 libras de rehidratación.

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