Imaginemos que somos triunfadores, imaginemos que somos exitosos en nuestros trabajos y eso te da reconocimiento, imagina que eres millonario y en dólares. Ok, acabas de tener un resultado en tu trabajo que ya marca un hito, no importa a que te dediques. Supongamos que eres un arquitecto y que llevas muchos años estando en la cima, con reconocimientos nacionales e internacionales y resulta que vas a hacer el edificio más importante de tu ciudad en los últimos 20 o 30 años. ¿Cómo celebrarías eso, cuántos días de fiesta y con quienes?

Recuerda que eres millonario, ¿te irías en un yate con tus amigos por Europa, llevarías a toda tu familia? No hay límites, por dinero no nos detenemos y además ya el trabajo está hecho. ¡NO TIENES JEFE! No tienes que pedir permiso ni mandarle un e-mail a la chica de recursos humanos para pedir días de vacaciones.

No, tú eres tu propio jefe y recuerda, ya el trabajo está hecho.

Ahora imagina que a pesar de tus esfuerzos muchos creen que te dieron la construcción de ese edificio solo porque saliste en la televisión, o porque seguramente alguien del gobierno o de alguna empresa famosa te ayuda, muchos te envidian solo porque eres un triunfador. Es más, la gente de tu ciudad empieza a hablar de que el edificio que harás, seguramente quedará mal y no solo eso, tu siendo arquitecto, con una gran trayectoria, tienes que aguantar los comentarios de personas que no saben la diferencia entre un ladrillo y una trabe, y que además te quieren decir cómo debes hacer tu edificio, porque seguramente ellos tienen mejores ideas que tu, a pesar de que jamás han usado un restirador para hacer planos, a pesar de que jamás lo harán y que lo más cercano a eso que tú haces, es un simple dibujo de la preparatoria.

Imagina que tus colegas también siendo arquitectos, te traten de boicotear tus obras solo porque eres mejor que ellos. Pero tú en lugar de escucharlos, decides, a pesar de ser millonario, solo tomarte un pequeño descanso y volver 10 días después a tu oficina. Y ¿sabes por qué? Sencillo: ¡AMAS LO QUE HACES!

Canelo left Kovalev on the canvas after a brutal combination (AP)

Hace 10 días Saúl ‘Canelo’ Álvarez derrotó por nocaut al «Krusher» Sergey Kovalev, se agenció su cuarta corona en 4 divisiones de peso. Celebró algunos días y hoy, después de apenas tan solo 10 días de ese sonado triunfo, regresó al entrenamiento porque ama lo que hace, porque trabaja mientras los demás hablan, porque no escucha ni lee a sus más feroces detractores, porque a él lo que le gusta es trabajar, triunfar y después volver a trabajar.


Sí, está bien fácil ser el ‘Canelo’, todo le dan, él escoge a sus rivales, subir 2 divisiones de peso está fácil……Cuantas y cuantas cosas se dicen y mucha gente cree solo porque «alguien lo dijo en Facebook», mientras el mexicano, si, mexicano, solo sabe hacer una cosa: trabajar con disciplina. Esa misma que lo ha llevado hasta dónde está y esa misma que no suelta al levantarse para ir a correr por la madrugada. Esa misma disciplina que lo hace estar a dieta y no comer lo que le plazca, ese fervor por hacer las cosas perfectas lo tienen desde hace años en los cuernos de la luna.

Llegar allá arriba y trabajar como si no hubiera ganado absolutamente nada, es el gran secreto del éxito del ‘Canelo’ Álvarez y de su equipo: Trabajo, disciplina y más trabajo.

Canelo Álvarez (photos by Amanda Westcott)

Canelo Álvarez (photos by Amanda Westcott)

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