Gennady Golovkin todavía puede saborear los malos comentarios y las personas que apoyan y justifican la idea de que el kazajo cayó derrotado en par de ocasiones ante el mexicano, Saúl ‘Canelo’ Álvarez, aún cuando la primera pelea fue un empate. El campeón de peso mediano de la FIB ha expresado durante mucho tiempo su consternación por los resultados de ambas peleas con el mexicano, y ante la posibilidad de una trilogía, ‘GGG‘ quiere cambiar la historia.

Su primer encuentro, en 2017, terminó en un controvertido empate, a pesar de que la gran mayoría de los fanáticos y expertos en la materia, vieron como claro ganador a Golovkin. A la pelea se sumó el hecho de que uno de los jueces, Adalaide Byrd, tenía a Álvarez arriba por ocho puntos, lo cual fue algo bastante señalado y muy criticado.

Se programó una revancha inmediata, pero no estuvo exenta de considerables dificultades y alboroto. La revancha se detuvo temporalmente cuando se descubrió que Álvarez había dado positivo por una sustancia prohibida, el clembuterol. Álvarez sostuvo que lo había ingerido accidentalmente a través de carne mexicana contaminada. Cualquiera sea el caso, Golovkin, típicamente afable, se enfureció más que nunca. La revancha finalmente se llevó a cabo el año siguiente, en 2018, pero Álvarez, mostrando una nueva postura agresiva, levantaría las manos esta vez, a pesar de que una gran parte de los medios creían que Golovkin había hecho lo suficiente para ganar el segundo encuentro.

En declaraciones recientes para el podcast Walking the Floor, el presentador Chris Shiflett le comentó a Golovkin que creía que había ganado los dos combates con Álvarez. Gennady Golovkin aprovechó la ocasión para decir que pensaba lo mismo y se expresó de la siguiente manera:

“Estoy de acuerdo contigo”, dijo Golovkin a través de un traductor. “Tengo la misma opinión que tú de que gané ambas peleas. Y nada va a cambiar mi opinión. Pero hay algunas personas que se sienten cómodas siendo delirantes. Déjalos vivir con este engaño”.

Golovkin admitió que el resultado de ambas peleas lo dejó un poco desilusionado con el deporte y lo hizo abordar su carrera con mucha más vigilancia. De hecho, después de la segunda pelea de Álvarez, Golovkin hizo una serie de cambios llamativos. Reforzó su círculo íntimo, cortó los lazos con el entrenador Abel Sánchez y esencialmente degradó a su promotor Tom Loeffler a un papel nominal.

“Si ellos (las peleas de Álvarez) me amargaron un poco (en el boxeo), sí, porque en ese momento la pelea fue la pelea más grande en el mundo del boxeo”, dijo Golovkin.

“Al ver que las personas pudieron salirse con la suya con este fraude, simplemente comienzas a pensar realmente, ¿así es como funciona? Empiezas a mirar el boxeo, el boxeo no es solo un deporte. Desde un punto de vista comercial, las personas están dispuestas a modificarlo a su favor de manera indecente y salirse con la suya, sin ser responsables de sus acciones y sin asumir ninguna responsabilidad. Por supuesto, eso cambió mi actitud”.

Golovkin (41-1-1, 36 KOs), quien cumple 40 años en abril, peleó por última vez en diciembre, derrotando a Kamil Szeremeta por la vía del nocaut técnico en el séptimo asalto. Está programado para enfrentar a Ryota Murata en abril en Tokio en un duelo de unificación de pesos medianos en donde colocará su corona de la FIB en juego ante la de la AMB en poder de Murata.

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