Mike Tyson fue descalificado y su licencia de boxeador retirada temporalmente, en junio de 1997, cuando en pelea de revancha titulada «El Sonido y la Furia» ante Evander Holyfield, mordiera y arrancara un pedazo de oreja en el tercer asalto al entonces campeón mundial pesado de la AMB.

“Estaba enojado de que Evan me dio un cabezazo, y que me cortó con un cabezazo en la primera pelea. Y de que me daba cabezazos una y otra vez. Y simplemente, me enfurecí”, confesaría Tyson años después en el show de Oprah Winfrey, en donde posteriormente, en octubre del 2009, ambos protagonistas se juntarían para charlar sobre lo sucedido aquel verano de 1997 y estrechar sus manos.

Tyson había sido noquedo en 11 rondas por Holyfiled 7 meses antes y sentía que el entonces retador al título

“Eso no debe ser excusa para lo que sucedió, pero yo estaba enfurecido. Quería causarle mucho dolor. Y además, estaba encabronado de que él era tan buen peleador. Estaba encabronado y quería ganarle. Me volví loco con él”, expresó el ‘Iron Mike’.

En el año 2010 Tyson confesaría a The Guardian, que estaba bajo el efecto de las drogas cuando sucedió la segunda reyerta ante Holyfield.

«Fueron las drogas. Sólo pensaba en las drogas. Yo creía que era Dios, me sentía como Dios, pero lo hecho, hecho está«, comentó el estadounidense por ese entonces.

Evander, lejos de guardar rencor, vio como aprovechar una oportunidad y sacar algo positivo del bizarro acontecimiento.

«No me molesta, me costó mucho mucho dolor pero me alegro de que haya sucedido porque me dio la oportunidad de hablar sobre lo que es el perdón. Si alguien irrumpe en tu casa, no piensas: ‘¿Cómo puedo entrar en la suya?’ Lo que la gente no sabe es que Mike tiene mucho más conocimiento de lo que piensan. Piensan que está loco, pero ahora es un hombre de negocios. No puedes ser igual cuando envejeces», explicó el otrora púgil llamado ‘The Real Deal’ para The Times.

Hoy ambos piensan en un regreso, asunto que ha levantado gran expectación últimamente en redes sociales y en el medio boxístico en general.

«Los golpes en la cabeza están bien para mí. Será mejor que me creas que si Tyson viene a por mi cabeza, yo iré a por la suya. Voy a ir a golpear a su cabeza de todos modos. La diferencia es que si lo lastimo, no voy a apresurarme e intentar sacarlo de allí sino que me retiraré. Es una manera de hablar con la gente joven», vaticinó el ex campeón de 57 años sobre una posible tercer contienda, aunque fuera de exhibición, ante Tyson, quien hoy mismo cuenta con casi 54 años de edad,

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