«Le rogué a Dios que me matara. No hay nada más oscuro que no querer vivir, ahí es donde estaba en la vida…»

Tyson Fury es muy consciente de lo que ha sufrido en los últimos años.

Luchar contra el abuso de sustancias prohibidas y la depresión, puede llegar a ser una las peleas más complicadas en toda la vida de un ser humano, de aquellas en las que muchos lamentablemente no pueden salir victoriosos.

Para muchos puede llegar a ser algo contradictorio debido a que Tyson Fury es un hombre lleno de éxitos, dinero, fama y gloria deportiva, con una hermosa familia, pero no estaba completo. El boxeador inglés se sentía vacío y no era feliz en donde se encontraba, simplemente no le importaba nada.

Tyson Fury cayó en una profunda depresión tras su positivo en cocaína. Vio peligrar su carrera y llegó a pesar más de 180 kilos.

«Nadie sabrá desde dónde tuve que regresar…»

La pelea que lo colocó una vez más en el ojo del boxeo fue contra el campeón pesado del Consejo Mundial de Boxeo Deontay Wilder. Un combate que siempre será recordado por todo el contexto antes expuesto para ‘El Rey de los Gitanos.’

Era la oportunidad para que Fury regresara, no sólo como boxeador élite, sino más importante aún, como un héroe para sí mismo, para su familia, para la gente. Era la oportunidad para sentirse cómodo una vez más consigo mismo y poder conseguir la paz que tenía sin saborear durante mucho tiempo. Pero Deontay Wilder simplemente no puso sencillo dicho camino y en un combate reñido, logró enviar a la lona en 2 ocasiones a Fury, primero en el segundo asalto con un gancho a la cabeza que revolvió los pensamientos del inglés y en el asalto número 12 con una combinación de la que la gran mayoría JAMÁS se hubiera podido levantar.

¡INCONSCIENTE! Esa es la palabra clave después de la agónica caída en el último asalto de quizás el combate más importante de su carrera. 4 segundos inconsciente, con una multitud aupando a Wilder y otra parte pidiéndole a Fury que se levantara. NADIE creía que se levantaría, pero fue en ese preciso momento cuando Tyson ‘El Rey de los Gitanos’ Fury, venció a los demonios que lo habían mantenido en la lona por un tiempo y consiguió ponerse de pie en una de las imágenes más impactantes en el mundo del boxeo y del deporte mundial.

Deontay Wilder vs Tyson Fury en el duodécimo round (Foto: Showtime Boxing)

‘Me puse de pie con un propósito… Quería demostrarle a todo el mundo que no importa lo que la vida te lance, o lo difícil que sea… Siempre podemos levantarnos y continuar’.

El combate culminó con un empate el cual Fury considera le agregó sabor y sazón a su historia, ya que la convierte en una más entretenida, más controvertida y emocionante después de todo lo que tuvo que vivir hasta ese entonces.  La historia de Tyson Fury seguirá inspirando a todo el mundo, ligado o no al deporte, es simplemente la historia de un ser humano que decidió no darse por vencido ante sus miedos, demonios internos, sus problemas y decidió seguir hacía adelante, luchar pos sus metas, sus sueños está de regreso.

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