El cumpleaños de un ídolo que es historia y conocido en su momento como el emperador de Nápoles (selección argentina de fútbol), uno de los mejores y más fuertes artilleros que dominaba el campo, ganador del balón de oro en 1986 cuándo quedó como campeón mundial; El encuentro entre un ex boxeador que convirtió sus triunfos en leyenda y un crack que se destacó como uno de los mejores futbolistas de su época, Julio César Chávez y Diego Armando Maradona, dos caras que fueron inspiración para muchos y aún son recordados como unos grandes de la historia. Sus experiencias y cómo han manejado cada situación que han vivido.

Conocer más allá de la figura que el público ya cree conocer bastante bien pero nada como escuchar de su recorrido de vida, contado por sus protagonistas. Cómo se enlazan las historias que detallan su trayectoria y el autoconocimiento con que la narran.

Julio César Chávez (Foto Cortesía)

Julio César Chávez (Foto Cortesía)

Ambos se ríen mientras deciden entre Muhammad Alí y Michael Jordan o entre el mismo Maradona y Pelé. La admiración de cada uno por el deporte y todo su complemento, la esencia de saber que cada juego podría ser el último los hace compartir la empatía que en individual los caracteriza y ahora pueden demostrar.

Una transición que contrapone el éxito y como un vicio puede opacar la lucidez de su mejor momento, y aunque consideran que hicieron de sus carreras lo que querían no dejan de la lado el hecho de saber y comprender que pudieron enfocarse en una carrera sana sin dependencias, lo vivaz que llegaron a ser los hizo convertirse en lo que hoy son, claramente se evidenció como algunos estuvieron en desacuerdo con cada decisión. Cómo la droga choca con la realidad de lo que querían lograr y los detenía, como puede paralizarte y luego continuar adelante.

Los recuerdos afloran con cada etapa narrada, el positivismo ha favorecido la psicología de la racionalidad con la que han manejado su situación de adicción y transformado en historia, experiencia y han sido la razón por la que aún son recordados. Objetivamente defienden la disciplina y consideran que esas etapas de sus vidas no fueron favorables pero que hicieron que lograran superar con madurez ese impacto de querer mezclar sus vidas y sus carreras.

El acercamiento emotivo que el mexicano y el argentino logran tener es una muestra de cómo de las peores derrotas se ganan las mejores batallas.

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