EL DÍA QUE ‘CHAVA’ SÁNCHEZ NOQUEÓ A WILFREDO GÓMEZ

Salvador Sánchez y Wilfredo Gómez se pusieron los guantes para subir al ring el 21 de agosto de 1981 en una pelea pactada a 15 asaltos en peso pluma por el título mundial del Consejo Mundial de Boxeo y para esto Gómez tuvo que subir de peso.

Hace 39 años el Hotel Cesar’s Palace en Las Vegas, Nevada fue la sede donde dos grandes boxeadores del momento se encontraron para protagonizar la pelea denominada ‘La Batalla de los Pequeños Gigantes’ que emocionó a la fanaticada mexicana y puertorriqueña.

Ambos se encontraron de frente y mostraron actitud ganadora con aires de superioridad porque tanto Salvador como Wilfredo estaban dispuestos a llevarse la victoria mundial. Cuando empezó el primer round, Gómez tomó la iniciativa de empezar la pelea y logró arrinconar a Sánchez contra las cuerdas donde lo golpeó seguidamente y quise dominar a su rival, si algo tenía el mexicano era habilidad para salir librado y poder contraatacar. y así poder tomar ventaja.

Cuando ‘Chava’ logró salir del rincón se fue en contra de Gómez dándole un fuerte golpe que lo envió inmediatamente a la lona por más que evitó sostenerse de las cuerdas.

Salvador Sanchez vs Wilfredo Gomez

Wilfredo Gómez se puso de pie a pesar de que estaba completamente aturdido pero decidido a desquitarse y así lo hizo en el segundo episodio, golpes iban y venían, la fanaticada hacia barra para apoyar a su favorito.

A medida que iba pasando cada round, el rostro de boricua evidenciaba cansancio y daños que le hacían sangrar, su ojo izquierdo estaba casi cerrado y su pómulo inflamado, por lo que le era incómodo mantenerse al mismo ritmo de su rival.

Una vez empezó el octavo round el ataque de Chava era constante y más agresivo, una serio de derechazos y zurdos causó daño en el equilibrio de Gómez quien cayó por segunda vez a la lona de donde logró reincorporarse luego de unos segundos pero el árbitro filipino, Carlos padilla decidió ponerle fin a la pelea, declarando a Salvador Sánchez como triunfador.

Muchos consideraron este encuentro como la victoria más grande entre un mexicano y un puertorriqueño.