El contendiente de peso pesado Tony Yoka (11-0, 9 KOs), consiguió una victoria dominante y delato perfil ante el entonces invicto croata Petar Milas (15-1, 11 KOs) en el séptimo asalto. Su pelea marcó el primer evento de boxeo que tuvo lugar en el famoso estadio de tenis del Roland Garros desde 1973.

La pelea comenzó con los ambos boxeadores en un asalto de estudio y buscando conseguir las debilidades el uno del otro. Milas combinaba su postura entre ortodoxo y zurdo, intentando confundir al espigado Yoka, quien estaba haciendo los ajustes necesarios en la distancia a través de su jab para conseguir los espacios perfectos y descargar la artillería pesada.

Yoka estaba empezando a trabajar su jab en el segundo asalto, a la cabeza y al cuerpo, por momentos de manera muy efectiva, pero Milas se estaba moviendo bien y cuando tenía la oportunidad conectaba combinaciones de golpes. El intercambio de poder entre Yoka y Milas se hizo sentir, pero la mejor parte se la estaba llevando el francés, quien poco a poco comenzaba a detener el movimiento sobre el ring de su rival y lo tenía más claro en la mira.

Yoka estaba controlando el quinto asalto con una presión muy fuerte sobre Milas y cada vez hacía mucho más daño gracias al trabajo al cuerpo y el jab al rostro. Llegaría el séptimo asalto y el francés conectó un gancho de izquierda que puso contra las cuerdas y en malas condiciones a Milas y acto seguido Yoka consiguió conectar una poderosa mano derecha para enviarlo a la lona inmediatamente.

Milas pudo ponerse en pie pero una vez más Yoka lo tuvo contra las cuerdas y luego de una combinación de golpes corta, el croata volvió a ceder al poder de Tony, visitó la lona y aún cuando pudo volver a colocarse de pie, el árbitro decidió detener las acciones ya que Milas no estaba en buenas condiciones y el combate fue puesto en conclusión.


“La ecuación no era simple, como ya había anunciado, era un oponente a tomar en serio, comentó Yoka en Canal +, pocos minutos después de que él mismo rindiera homenaje a Jean-Paul Belmondo. Me preparé mucho, pero él tampoco vino a hacer un trabajo extra. Tenía que tener paciencia, sabía que me iba metiendo en la pelea poco a poco, que él se iba quedando sin fuerzas y que yo iba a poder dar golpes que dolían, primero al cuerpo y luego. a la cabeza. «.


Yoka ahora piensa en el futuro y sueña con enfrentarse a un Top 10 en el peso pesado durante el resto de su conquista. «Tenía muchas ganas de ganar antes del límite en un nocaut real», continúa. Estas dos últimas peleas habían sido un poco más complicadas. Creo que esta victoria me impulsará un poco hacia arriba en la clasificación. «

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